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Resumen

Desde los años 80 el modelo social y de Derechos Humanos ha emprendido una ardua lucha por el reconocimiento inclusivo y participativo de las personas con discapacidad (Angelino et al., 2023), lo que ha impactado en cómo se entiende y practica la educación inclusiva, como el principal espacio de socialización, desarrollo y aprendizaje del ser humano. Aun así, son significativos los desafíos que se deben enfrentar para hacer parte de la vida comunitaria, esto debido a que persisten una serie de problemáticas estructurales que no permiten reconocer la dignidad, autonomía y libertad intrínseca de cada persona (Monzani, 2022).

Por ello, es necesario brindar una interpretación alternativa y comprensiva con las realidades sociales de las personas con discapacidad, entendiendo que tal condición emerge debido a la incapacidad de las sociedades actuales para satisfacer una serie de necesidades que, así como cualquier otra persona, se pudiesen presentar en su funcionamiento familiar, educativo, laboral o social (Palacios, 2017). Es así que el funcionamiento de un individuo se conceptualiza como una relación entre sus capacidades y necesidades en un contexto social y la intensidad de los apoyos que precisa para lograr resultados eficaces (Cuesta-Gómez y Ortega, 2019).

De esta manera se introduce el concepto de apoyos, el cual es propuesto por la Asociación Americana de Discapacidades Intelectuales y del Desarrollo (Tassé y Grover, 2021), y quien los define como todos aquellos recursos y estrategias cuyo propósito es promover el desarrollo, la educación, los intereses y el bienestar personal, enmarcando un nuevo punto de partida para el diseño de programas de intervención, especialmente en el contexto educativo. Por ello, el objetivo de la presente investigación fue desarrollar un marco metodológico que permita el diseño y la creación de ambientes de aprendizaje integrativos adaptados a las capacidades de cada estudiante, así como a los apoyos que precisa para alcanzar sus objetivos de aprendizaje y desarrollo, mediante la integración de herramientas tecnológicas educativas avanzadas como pilar fundamental de la educación inclusiva.

La metodología empleada fue una revisión documental integradora (Cronin y George, 2023; Toronto, 2020), que se enfocó en la síntesis del conocimiento existente sobre el actual abordaje de las tecnologías como herramientas de apoyo en la inclusión educativa para el desarrollo de una nueva propuesta conceptual llamada Modelo Interactivo de Capacidades y Apoyos (MICA). El MICA es una alternativa que permite una evaluación integral de los factores socioambientales que condicionan el funcionamiento de los estudiantes, proponiendo un enfoque metodológico que integra los apoyos tecnológicos y educativos necesarios para una educación inclusiva efectiva. Este modelo integra las perspectivas del modelo social, los postulados de la AAIDD y del Diseño Universal para el Aprendizaje, como herramientas fundamentales en la creación de ambientes de aprendizaje que respondan a las necesidades de los estudiantes y que promuevan su autonomía y participación, integrando herramientas tecnológicas que faciliten la personalización del aprendizaje y aseguren a todos los estudiantes la consecución de sus objetivos de aprendizaje y desarrollo.

Palabras clave: Educación inclusiva; tecnología educativa; apoyos; derechos humanos.

Firmantes

Luis Felipe Ariza Ruiz

Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia
luis.ariza@uptc.edu.co

Laura Natalia Camargo Leguizamón